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Un hidrolato es el agua aromática resultante de la destilación de plantas aromáticas para la obtención de aceites esenciales. Es decir, habitualmente no es el objetivo de la destilación, sino más bien un resultado que en muchas ocasionas se desecha por considerarse de poco valor.
Con este escrito me gustaría que ese concepto cambiara, voy a intentarlo 😉
Los hidrolatos se conocen también como hidrosoles. En ocasiones se les conoce de forma errónea como aguas florales, y digo erróneamente ya que muchos de ellos no están elaborados a partir de las flores, si no de las hojas de la planta aromática, como es el caso de la menta, melisa, romero…
La ventaja que tenemos con los hidrolatos es que los podemos utilizar directamente, una diferencia de los aceites esenciales que debemos diluirlos para poder utilizarlos. Y por lo general son seguros.
A veces se confunden los hidrolatos con las infusiones, pero eso ya te lo conté en un post anterior que si quieres puede leer aquí.
¿Debemos tener alguna precaución con los hidrolatos?
Dentro que son prácticamente inocuos, tengo que decir que si, debemos tener precaución con las personas alérgicas, que contenga un porcentaje bajo en aceite esencial no quiere decir que este libre de ellos.
Y lo más importante, la contaminación bacteriana, esto es lo que puede alterar un hidrolato pudiendo ser peligroso, sobe todo si se utilizan vía oral.