En muchas ocasiones vamos pendientes del ritmo que nos marca nuestro calendario de actividades personales, familiares, laborales…. Vivimos pendientes del reloj, de lo que tenemos que hacer… y normalmente nuestra mente sigue ese ritmo.
¿Cuántas veces has sido consciente de que tu cabeza va a mil por hora? Supongo que como nos ocurre a todos, tu mente estará llena de los “tengo que”.... Tengo que poner la lavadora, tengo que pasar por el super, tengo que recoger a los niños, tengo que preparar la comida…. y una lista interminable!!
En esa vorágine, pocas veces nos paramos a pensar en lo que deseamos y menos aún en lo que realmente sentimos.
Pues bien, hoy te propongo que dediques unos minutos a sentir tu cuerpo. Nuestro cuerpo es el lugar en el que vive nuestro yo interior, la herramienta que nos permite tocar, sentir, comunicarnos a nivel físico con nuestro entorno.
Es tan maravilloso que cuando no nos hacemos caso a nivel emocional, cuando no gestionamos de forma adecuada lo que sentimos, nos da pequeños avisos. Os puedo asegurar que si no hacemos caso a esos avisos, él se encargará de hacernos parar de un modo u otro.